Desde 2012, la producción de datos digitales por parte de las máquinas ha superado a la de los humanos. Por ejemplo, un avión que realiza un vuelo de París a Nueva York genera 500 GB de datos a través de sus sensores, lo cual es cinco veces el volumen de datos que circula diariamente en Twitter. Esta creciente digitalización plantea la pregunta: ¿qué sucederá cuando generemos más datos de los quepodemos almacenar?
Es importante destacar qu’este aumento masivo de datos no proviene de los millones de nuevos usuarios de Internet en todo el mundo, sino más bien del Occidente. Por ejemplo, África, que representa el 17% de la población mundial, solo genera el 1% de los datos digitales globales.
« Porque controlar los datos es controlar el poder. El Partido Comunista Chino considera que la lucha por el control de la información determinará el resultado de futuros conflictos. »
Este crecimiento ocurre a un ritmo que supera los avances en eficiencia energética de los dispositivos digitales, las redes y los centros de datos. Gran parte del crecimiento de estos flujos de datos se atribuye al consumo de los servicios proporcionados por las GAFAM (Google, Apple, Facebook (Meta), Amazon y Microsoft). Sin embargo, solo se aprovecha el 32% de los datos. El resto se denomina "datos oscuros", son datos almacenados en servidores que consumen electricidad sin ser reutilizados nunca.
Y cuando hablamos de consumo de electricidad, hablamos de emisiones de CO2. Por lo tanto, nuestro uso de lo digital no es tan ecológico como podríamos pensar.Además del contexto energético actual, las capacidades de almacenamiento de estos datos son problemáticas porque su desarrollo no sigue el ritmo de esta avalancha.
En conclusión, entre todos estos desafíos, no olvidemos la geopolítica. Porque controlar los datos es controlar el poder. El Partido Comunista Chino considera que la lucha por el control de la información determinará el resultado de futuros conflictos. Pekín ha comprendido perfectamente que el entretenimiento digital no es más que la continuación de la guerra en el siglo XXI, pero con otros medios. Y tengamos cuidado, el "país del Medio" está lejos de ser el único que piensa así.
